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La serie ‘Buffy Cazavampiros’ se estrenó en The WB en 1997 y, 27 años después, su legado sigue muy vivo para sus miles de fans, sobre todo para las personas millenials.
La serie tuvo una representación del colectivo LGTBIQ+ muy importante, pues una de las parejas más queridas fue la formada por las brujas Willow y Tara. Cabe recordar que que para muchas personas fue la primera representación lésbica en televisión a nivel mundial.
Amber Benson, actriz que interpretó a Tara, participó a principios de octubre en el evento ‘Buffy’s Biggest Slays’ y aprovechó para recordar la trascendencia que tuvo su papel en la serie en una entrevista para la revista Out. “Con Buffy, sentí que era parte de algo importante y que lo que estábamos haciendo no era solo una serie de televisión. Estaba al alcance de la gente que vivía en lugares donde no había comunidad. Sé que Aly (Alyson Hannigan actriz que interpretaba a Willow) sintió lo mismo, que esta relación era icónica en muchos sentidos. También se trataba de empatía y amor. Willow y Tara criaron a Dawn, ya sabes, y antes de que ocurriera lo que ocurrió, su relación era muy especial e importante”.
A pesar de los buenos recuerdos, la intérprete apunta que también hubo muchas polémicas: “Decían: ¡Oh, chicas besándose en la cama juntas! Dios mío. Simplemente, no sabemos qué hacer con esto’. Fue muy frustrante". Las escenas de Willow y Tara tuvieron que ser manejadas con cuidado, mientras que Buffy y Spike se revolcaban en sarcófagos”.
También recuerda cómo una persona del departamento de arte, la llevó aparte y le comentó que era molesto “que ustedes dos no puedan besarse o que no puedan estar en la cama o lo que sea, pero lo que tienen que entender es que esta relación, esta relación positiva, llega a los hogares de las personas todas las semanas. Están cambiando las percepciones de las personas sobre lo que significa ser queer. Están hablando con personas de otras partes del mundo, especialmente de nuestro loco país, que están viendo esta serie, pero nunca han conocido a una pareja queer en la vida real, pero aman a Tara y Willow".
Buffy se ha convertido en una serie de culto, que después de casi 30 años, aún sigue encandilando a sus antiguos fans, pero también a las nuevas generaciones. De ahí que hoy en día se sigan celebrando eventos para rememorar la serie.
Por la visibilidad de la diversidad sexual y de género en la información. Proyecto 'Cambia tu Mirada', financiado por la Dirección General de Diversidad del Gobierno de Canarias.
Chloë Grace Moretz ha hablado sobre su orientación sexoafectiva a través de sus redes sociales.
La actriz y modelo, de 27 años, aprovechó hace unos días una publicación en la que apoyaba la candidatura de Kamala Harris, para resaltar que cree “en la necesidad de unas garantías legales que protejan a la comunidad LGTBIQ+ como mujer queer, porque necesitamos protección en este país y tener acceso a las atenciones que necesitamos y merecemos".
Chloë ha participado en numerosas manifestaciones del orgullo y además, ha sido protagonista de películas como La (des)educación de Cameron Post, en la que interpretó a una joven lesbiana que llega a un campamento de terapia de conversión,
Aunque es la primera vez que la Moretz habla sobre su orientación sexoafectiva, desde 2018 ha visibilizado su relación con la también modelo estadounidense Kate Harrison, con la que ha asistido a la famosa NYC Dyke March, la marcha anual de lesbianas de Nueva York.
Por la visibilidad de la diversidad sexual y de género en la información. Proyecto 'Cambia tu Mirada', financiado por la Dirección General de Diversidad del Gobierno de Canarias.
El pasado 2 de noviembre, la ciudad de Buenos Aires, en Argentina, celebró su 33º Marcha del Orgullo LGTBIQ+. Miles de personas se manifestaron para señalar las políticas reaccionarias del gobierno de Javier Milei contra las diversidades sexogenéricas.
Bajo las consignas “No hay libertad sin derechos ni políticas públicas”, “No hay libertad con ajuste y represión” y “Ley integral Trans y Ley Antidiscriminatoria ya” la marcha comenzó a las 10 de la mañana y avanzó por la Avenida de Mayo hasta llegar al Congreso de la Nación, según publica el diario La Unión.
En Buenos Aires, el Orgullo se celebra en noviembre para conmemorar el colectivo Nuestro Mundo en 1967. Desde 1992, la marcha ha sido un espacio fundamental para el colectivo LGTBIQ+ del país.
La Federación Argentina LGBT (Falgbt), parte de la organización, ha estimado que alrededor de un millón y medio de personas participaron en las diversas convocatorias a lo largo del país, en una jornada que finalizó con un mensaje de resistencia y unidad.
Por la visibilidad de la diversidad sexual y de género en la información. Proyecto 'Cambia tu Mirada', financiado por la Dirección General de Diversidad del Gobierno de Canarias.
‘Raíces’ es un programa de apoyo para la población LGTBIQ+ migrante, financiado por la Dirección General de Diversidad del Gobierno de Canarias.
Este programa contribuye al bienestar integral de las personas migrantes LGTBIQ+, ofreciéndoles servicios de acompañamiento psicológico y social, así como espacios seguros entre iguales con los que fortalecer el tejido asociativo y mejorar sus condiciones de arraigo.
Su objetivo general es mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas LGTBIQ+ migrantes en la isla de Gran Canaria.
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Esther Martínez es autora de ‘La raíz’, novela finalista del Premio Literatura Diversa 2024. Tras muchos años en la primera fila del activismo, ha encontrado en los libros una herramienta para cambiar las miradas hacia el colectivo LGTBIQ+. Y eso es precisamente lo que consigue con ‘La Raíz’ al narrarnos la historia de Julia, una mujer con fuertes dificultades para salir del armario en algunos ámbitos de su vida. La novela provoca elogios tanto en personas del colectivo como en aquellas que son ajenas a él por su forma de visibilizar algo que “está pasando en muchos lugares”.
Creo que lo que aporta son referentes e imaginario social también para las personas que no son del colectivo. Aporta cultura diversa y contribuye a que abramos la mirada, la mente y las conciencias. Aporta historias de personas, de vivencias y espejos donde mirarnos. Yo creo que tenemos que poner en valor nuestras historias y la literatura es una forma maravillosa de hacerlo.
Pues porque habla de nuestras raíces, de dónde venimos, de cómo nos afecta la familia, de cómo nos situamos en ella, de las presiones y las expectativas, del miedo a no encajar en la familia, del miedo a decepcionar… ese es el tema principal de la novela para mí. Y, por otra parte, me gusta pensar que esa raíz también se refiere a nosotras mismas, a que nosotras también podemos ser nuestra propia raíz y podemos decidir dónde plantar nuestros cimientos, dónde crecer y dónde ser.
Hace unos días fue el día de la salida del armario, un tema que se aborda en el libro. Según datos de la encuesta EU LGBTIQ Survey III el 10% de las personas del colectivo LGTBIQ+ evita ir de la mano de sus parejas del mismo sexo y el 29% lo evita, no siempre, pero sí habitualmente. Además, el 19% evita ser visible en su entorno familiar. ¿En qué crees que se sigue fallando?
Yo creo que, particularmente, en este momento de la historia, se está fallando en cómo hemos aceptado socialmente los discursos de odio, los discursos de la ultraderecha. Hemos fallado en que se hagan permeables. Han aumentado los delitos de odio contra las personas migrantes, personas con discapacidad, LGTB, en situación de pobreza… Me sorprenden mucho, por ejemplo, los discursos tránsfobos que se escuchan desde algunos sectores feministas.
Esos discursos hace diez años apenas se oían. No recuerdo esa línea de pensamiento. Yo creo que hay un viraje hacia la ultraderecha, que pasa en parte por haber permitido entrar en las instituciones a quienes agitan este tipo de discursos. Y creo que nos está marcando mucho en nuestra visibilidad.
Diría que los últimos datos que he leído es que había más de 5 millones de mujeres en situación de pobreza en España. Son 300.000 más que hombres. Y seguimos cobrando un 20% menos que ellos. ¿Algo ha mejorado? Sí, algo ha mejorado. Pero no es suficiente, sin duda.
Lo que sí añadiría es que la sexualidad de las mujeres sigue siendo más invisibilizada que la de los hombres. Y, sobre todo, que seguimos teniendo el rol cuidador en las familias y eso dificulta mucho que vivamos nuestra vida con más libertad. Nos hace vivir más apegadas a la familia y que tengamos más miedo a decepcionar a la familia o a no entrar en sus expectativas. Es cierto que el rol va evolucionando, el rol de la mujer, pero sigue sin ser equiparable y menos en la carga de cuidado que tenemos. Yo creo que eso dificulta la salida del armario tanto en la familia como en el entorno laboral.
Pues de un poco de todo, de la calle, del trabajo, de las personas que conoces en el activismo… de la vida al final.
Desgraciadamente, la historia de Julia no tiene mucho de extraordinario, es una historia de una mujer con miedo y es una pena, pero es una historia que seguramente esté pasando en muchos lugares. Ahora, además, yo trabajo en un lugar tradicionalmente muy conservador que se va abriendo y veo muchas historias de personas LGTB visibles que contrastan mucho con armarios cerrados a cal y canto. Esa dicotomía está llena de historias por narrar.
Mucha gente joven y mucha gente mayor. A mí me sorprende mucho... Cuando eres activista y trabajas en colectivos LGTB y tu entorno también es activista, como me ha pasado a mí, no te das cuenta o te das menos cuenta de ciertos armarios. Cuando sales de ahí te das cuenta de gente que vive armarizada toda su vida. A mí me da mucha pena.
También es verdad que me gustaba mucho la idea, cuando empecé con la novela, de escribir sobre un personaje que no se pareciera nada a mí, incluso que me pudiera caer un poquito mal. Al principio yo sufrí un poco con Julia, porque era como “madre mía esta muchacha, ni para adelante ni para atrás”, pero luego me gustó mucho.
A mí me daban ganas de zarandearla y eso que la estaba creando yo. Pero me pareció muy bonito ver la evolución de Julia, ver cómo evolucionaba de una manera un poco ajena a mí, muy natural. Me pareció una experiencia muy bonita el crear este personaje.
Por supuesto que me parece contradictorio. Pero lo LGTB no nos quita lo racista. Y, además, yo creo que ese giro a la derecha que se está produciendo socialmente no está dejando al margen a una parte del colectivo LGTB. Además, también creo que a las personas que nos consideramos de izquierdas, respetuosas, antirracistas y feministas, nos falta mirar un poco hacia adentro y trabajarnos ese racismo que todas tenemos.
Es como en el feminismo, si yo no reconozco que he sido educada en una sociedad machista y que tengo que trabajarme ese machismo para erradicarlo en mí y en mi parcela de influencia, siempre seguiré siendo machista. Nos pasa lo mismo con el racismo, que si no somos conscientes de que lo tenemos y no nos lo trabajamos, vamos a seguir siendo racistas siempre. Y creo que dentro del colectivo LGTB se está trabajando mucho el feminismo, luchar contra el machismo, pero no tanto contra el racismo. Es la sensación que tengo.
Es verdad que ahora hay más colectivos de personas migrantes, que los colectivos son más diversos, hay más personas de otros países o de otras razas, personas con discapacidad o con diversidad funcional, pero creo que nos falta más reflexión y nos falta trabajarlo de una manera más material.
Pues yo tengo que reconocer que mi sensación es que, en concreto Gran Canaria, [no puedo hablar mucho más de otras islas], es un lugar particularmente amable para las personas LGTBIQ+.
Me parece una sociedad más abierta y en la que se rema muy a favor. Yo llevo seis años fuera de Gran Canaria, espero que no haya cambiado esto mucho. Imagino que las islas no están exentas de estos discursos de la ultraderecha, pero sí la recuerdo como una tierra diversa y acogedora.
Para mí el activismo es una forma de vida. Una vez que has sido activista no puedes dejar de serlo. A mí me ha dado perspectiva, me ha dado vivencia, me ha hecho conocerme mejor, sentirme parte de una comunidad por la que quiero seguir haciendo cosas. Me ha dado gente, lugares, conciencia, orgullo... Tengo la suerte de poder vivir la literatura como una forma de activismo. Para mí es muy bonito esa aportación que siento que hago y que me hago a mí misma con la literatura.
Bueno, yo creo que los libros son buenos para todo y para todos. Yo que soy una lectora impenitente también, creo que los libros son una herramienta imprescindible para todo: para crecer, para ser mejores personas, para comprender que no somos individuos aislados, para entender cómo funciona el mundo. No me imagino el mundo sin libros. Y por supuesto que creo que pueden cambiar la mirada de algunas personas que tienen un conocimiento muy pequeño o muy sesgado de las personas o el colectivo LGTBIQ+. La literatura aporta referentes, aporta espejos donde mirarnos. Así que sí, por supuesto, creo que es una herramienta que puede ser muy poderosa.
Me siento super afortunada porque ‘La Raíz’ es mi primera novela. Yo la escribí porque tenía el impulso de escribir una novela. Quería saber, ser consciente de que podía terminar una novela, nada más.
Siempre pensé que se quedaría en un cajón. Pero bueno, un profesor me animó a presentarla al concurso. Yo no tenía ninguna esperanza porque tengo un grandísimo síndrome de la impostora con esto. Pensé que no llegaría a nada, pero tuve mucha suerte y quedé segunda.
Este premio es un premio que organiza Editorial 7 Islas, que es una editorial LGTB, que además es canaria. Para mí era también muy especial que una editorial canaria LGTB publicara mi novela. Y además el premio está apoyado por un montón de colectivos LGTB. En primer lugar, la asociación Pasaje Begoña, pero luego hay colectivos de toda España como LGTBIPOL o Fuenlantiende… Me hizo particular ilusión porque fue una manera de publicar asombrosamente rápida. También tengo que reconocer que me hacía muchísima ilusión que me publicara una editorial tradicional.
Además, son promotores Shangay, que es una revista mitiquísima que ha generado cultura LGTB desde hace muchísimos años y la cadena Hoteles Rituals. Estoy muy contenta la verdad.
Lo que me transmiten es que está gustando y, sobre todo, que está emocionando mucho. Me hace mucha ilusión cuando me dicen que han llorado con la novela. El haber transmitido esa emoción como para que a la gente se le caigan lágrimas me hace sentir que está bien transmitida. Eso me hace mucha ilusión.
Hay dos cosas que para mí son particularmente importantes del feedback que recibo de la gente. Y una es cuando me dicen que el libro les ha ayudado mucho personalmente o que se lo han regalado a algún amigo o a algún familiar y les ha ayudado a comprenderse, a verse reflejados o incluso que les ha ayudado a salir del armario. Eso para mí es una satisfacción inmensa.
Y luego muchas personas cishetero que me dicen no solo que les ha gustado, sino que se han sentido en algunos aspectos representadas. Muchas personas me comentan que ellos o ellas sienten que hay muchos tipos de armarios y que se han reconocido en muchos aspectos de la historia.
Me gusta mucho que un libro, que yo pensé que estaría dirigido casi exclusivamente al colectivo LGTBI, sea para todo el mundo. Porque además considero que cuantas más personas cishetero lean este libro, más visibilidad se da al tema. Yo considero que es un libro fundamentalmente de visibilidad lésbica y me hace muchísima ilusión ese plus de visibilidad que pueda tener.
Pues no creo que haya segunda parte. Creo que los conflictos importantes, los conflictos que tenían que cerrarse, se quedan cerrados. Me parece atractivo que haya ciertos conflictos que puedan quedar a gusto del lector. Pero sí que habrá segundo libro. Eso espero. Estoy trabajando en una segunda novela, ya me estoy documentando. La verdad es que estoy contenta. Es una idea curiosa. Ya contaré más. De momento es secreto. Pero sí, habrá segunda novela.
Por la visibilidad de la diversidad sexual y de género en la información. Proyecto 'Cambia tu Mirada', financiado por la Dirección General de Diversidad del Gobierno de Canarias.
Hoy despedimos octubre, un mes de reivindicación por la despatologización de las identidades trans.
No podemos dejar de recordar que, aunque en 2018 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dejó de considerar la transexualidad una enfermedad, sigue describiéndola como una incongruencia de género.
Esto, sin duda, nos hace ser conscientes de la importancia de perseverar en nuestras reivindicaciones.
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Gamá Contigo, subvencionado por la Consejería de Área de Política Social y Accesibilidad del Cabildo de Gran Canaria.
El pasado viernes 25 de octubre, se celebró la Jornada de Memoria Histórica de la Disidencia Sexogenérica en Canarias en el Salón de Grados del Campus de Guajara de la Universidad de La Laguna.
El Colectivo Gamá y otras entidades participaron en el conversatorio, que giró en torno a la historia, retos actuales y futuros de los colectivos LGTBIQ+ en Canarias.
Puedes ver la jornada aquí:
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