Juan Antonio es profesor de Geografía e Historia, pero su alumnado ha recibido mucho más que aquello que establece el currículo educativo. Llegó un 1 de septiembre a un centro educativo en el que colgaba una bandera LGTBI de 6 metros. Eso le empoderó y motivó a crear un espacio seguro al que acudieron muchas personas que hoy en día vuelan solas y que son su mayor orgullo. Ahora, al frente de la Alianza Educativa LGTBIAQ+ de Canarias pretende empoderar al profesorado LGTBIQA+ y aliado para convertirlo en referente del alumnado como fórmula para combatir la LGTBIfobia en las aulas.
- ¿De dónde surge la idea de crear una alianza educativa?
La idea surge de unas jornadas que se hicieron en Fuerteventura. Altihay organizó una Escuela de Activismo LGTBI+ y en esas jornadas se plantearon distintas mesas de trabajo. Una de esas mesas era la de Educación. Se hizo un barrido de problemas que se dan en la actualidad y se vio la necesidad de crear esta red.
Al trabajar con el alumnado te das cuenta de que tienen como referentes a las estrellas del pop, del fútbol a youtubers… Son referentes que generan una construcción de la personalidad, del ego y de las expectativas del alumnado que está fuera de la realidad. Si las personas más cercanas son los “profes” y las familias, hace falta empoderar a esos docentes para que generen una referencia con respecto al alumnado.
En mi centro fundé un espacio seguro y me di cuenta de que el alumnado es el primer fuego a apagar. Lo primero que tienes que hacer es empoderar al alumnado, generar dinámicas de cohesión, redes de seguridad, dar formación, actuar individualmente, acompañar…pero luego ves que el profesorado también está necesitado de esa ayuda.
A lo largo de ese tiempo en el que estuve fraguando esta idea, me percaté de que el profesorado cuando se mueve en red, se empodera y se hace fuerte. Las redes de docentes que hay en Telegram, en Instagram, o las redes en colaboración con los centros del profesorado… son redes que acaban empoderando. Cuando vamos a las formaciones se ve un espíritu de cohesión y eso es necesario.
Hay una red previa, existe en Galicia una red de apoyo al profesorado que incluso organiza congresos anuales a los que invitan a ponentes de primer orden. Pensé que si hacemos lo mismo en Canarias y se estimula también que en otras comunidades autónomas surjan otras redes, podríamos llegar a federarnos y dar un apoyo real al profesorado.
Queremos alcanzar la ratio de Galicia: el 80% del profesorado de la alianza no es LGTBIAQ+ sino aliado. El objetivo de la alianza canaria es que sea así, por eso se llama alianza porque incluye a todo el profesorado aliado: un profesorado que es afín a la igualdad, a la diversidad, y que quiere formarse para apoyar y ser referente del alumnado. Por una parte, a ese 80% queremos formarles, darles herramientas y recursos y al 20% restante, al profesorado LGTBIQA+, darles apoyo, sobre todo apoyo emocional, empoderamiento, otro tipo de cariño para que crezca fuerte también.
Luego, hay un 0% en esa ecuación, que son esas personas que todavía no son profesorado. Ahí es cuando uno se plantea: "¿Dónde está el profesorado trans? ¿dónde está el profesorado no binario? ¿dónde está esa parte del profesorado que falta y que no quiere acceder a esa profesión porque vivió un infierno en su adolescencia?". Hay que estimular también la vocación de ese profesorado porque es necesaria, es necesario que personas trans quieran ser docentes y quieran ser referentes para el alumnado, para las nuevas generaciones.
- Ya has hablado de objetivos, pero si tuvieras que hacer un pequeño resumen de todos los que tiene la Alianza a medio, corto o largo plazo, ¿cómo los enumerarías?
Principalmente, presentar esta comunidad educativa porque cuando algo tiene nombre es cuando empieza a existir. Luego, interactuar, porque creando un círculo de experiencias se puede crecer. Tu experiencia a mí me da recursos, me hace crecer, me hace mejorar, me hace ver cómo has gestionado un problema y puedo tomar esa gestión para mi propio problema. También estimular la visibilización del profesorado y la formación es fundamental. Por ejemplo, no tienes que ser una persona trans para hacer un acompañamiento efectivo con una persona trans, ahí es donde entra ese profesorado aliado. Se trata de darles herramientas para que puedan gestionar el día a día en el aula.
Además, generar redes para crear sinergias, amistades, crear seminarios de trabajo y charlas, ponencias…. porque el objetivo final en la educación siempre es el alumnado. Si se trabaja sobre el medio que son los “profes” se consigue el objetivo en el alumnado. Trabajando con los docentes se está trabajando no solo con el estudiantado actual, sino que formas a un docente que va a estar veinte o treinta años en servicio y puedes estar actuando sobre generaciones completas. Eso cambia una sociedad.
Tenemos que hacer como otras sociedades, sobre todo en sociedades asiáticas, que tienen a los docentes muy bien cuidados. Les brindan recursos, les dan cariño… el cariño se contagia, como el COVID. Si quieres a los docentes, si les enseñas a quererse y a valorar su trabajo eso va a repercutir en el alumnado. Un alumnado empoderado es el resultado de un profesorado empoderado.
- ¿Se contempla el trabajo en red con colectivos como Gamá?
Totalmente, porque los colectivos ya nos han hecho el trabajo. Es decir, el avance social que se ha conseguido siempre a través de los colectivos ha hecho que tengamos infinidad de recursos con los que trabajar. No llegamos a trabajar esto en la educación partiendo desde cero. Nos encontramos con apoyo, con servicios que ya hay. Las formaciones que ofrecen los colectivos son sinergias. En común todo crece. Por eso está más que contemplado.
El aula es un reflejo de la sociedad. Y la sociedad actualmente está herida. Las heridas escuecen, sobre todo cuando están sanando. Por una parte, se puede hacer una visión negativa y pesimista de lo que está pasando. Se puede decir “¡qué mal vamos, ha aumentado el discurso de odio en el aula!" y eso es completamente cierto. Pero, por otro lado, se puede tener una visión positiva: hay discursos de odio porque hay visibilización. Existe una falsa mirada a lo pasado de... “en mi época no pasaba esto”. A ver, no pasaba porque las personas que pertenecían al colectivo estaban escondidas. Ahora esas personas son valientes, están saliendo y van vestidas como quieren. Se pintan las uñas, desafían los roles de género y desafían los roles de la expresión. Esas personas actualmente están librando una lucha. A esas personas adolescentes hay que darles todo el apoyo porque que están visibilizando una realidad, están haciendo una revolución.
Pero eso no quiere decir que no haya habido un cambio de discurso, sobre todo desde uno o dos años antes de la pandemia hasta ahora, un cambio de discurso social que ha estigmatizado ciertos avances de la igualdad y que ha generado reacciones. Esas reacciones se aprecian en el aula. Se aprecian a través de discursos xenófobos, a través de discursos capacitistas, de discursos gordófobos, de discursos LGTBIfóbicos... Se ha recrudecido.
Justo ahí es donde el profesorado se está encontrando con estos elementos de disrupción. La disrupción, en nuestro argot, significa que rompe, que rompe la clase, que no puedes dar tu clase de Matemáticas porque se está produciendo una agresión a esa alumna que tiene un cuerpo que no es normativo o a ese alumno que tiene una neurodivergencia... El alumnado se está cerrando a las propuestas que ofrece la igualdad, el feminismo... Y ahí hay que actuar. Estamos dejando que los referentes de nuestro alumnado sean personas que han conseguido la fama de forma rápida en YouTube y en otras redes sociales.
Ante ese discurso, que muestra una sociedad dividida, hay que encontrar lazos de unión, hay que trabajar la empatía, hay que trabajar la autoestima, hay que trabajar la responsabilidad afectiva, hay que trabajar el espíritu… Y trabajando todo eso se rompe con la cultura y la pedagogía de la violencia. Actualmente se apunta a que la única forma de solucionar ciertos problemas es a través de la violencia. No, es a través de la educación y la empatía. La empatía es el origen de todo proceso de pacificación.
- ¿Cómo se trabaja desde la alianza para apoyar a estudiantes que se enfrentan a la discriminación/acoso?
En la alianza estamos en la fase de nacer, todavía necesitamos generar redes para que se pueda empezar a trabajar. Pero uno de los objetivos es el empoderamiento del profesorado. Tenemos que saber dar herramientas al profesorado para visibilizar ese acoso porque cuando un adolescente tiene una reacción distinta ante la depresión o ante el acoso que una persona adulta.
En muchos casos, y sobre todo en un niño o en un adolescente, se ocultan estos parámetros de depresión y acoso. Tienes que ponerte unas gafas de realidad aumentada, bueno en realidad esa es la palabra, diría que unas “gafas de aumento” para poder ver esos micro detalles que te indican que esa persona lo está pasando mal. Pero para que esa persona se abra a ti y te muestre esa vulnerabilidad, tienes que ganarte su confianza.
En la alianza queremos dar esas herramientas al profesorado para que sepa ser referente, sepa ganarse esa confianza del alumnado, sepa dar respuestas y sepa hablar el argot de los centennials. Hace falta hacer eso para que ese alumnado vulnerable pueda tener a alguien a quien acudir. Porque no van a acudir a alguien fuera del centro, van a acudir a su profe de Matemáticas, a su profesora de Lengua, a su profesora de Educación Física, al de Historia… van a acudir a esas personas cercanas.
- Un estudio desarrollado por la FELGTBI+ y CCOO señala que un 12,2% del profesorado LGTBIQ+ declara haber sido víctima de situaciones de odio en los centros de enseñanza donde trabaja. Un 47% de ese profesorado no denuncia. ¿A qué crees que puede deberse?
Principalmente al convencimiento de que lo personal tiene que pertenecer al ámbito privado. Esto se escucha un montón. Pero cuando llegas a un claustro diciendo “soy una mujer y he quedado con mi marido para organizar un viaje”, ya estás manifestando tu ámbito privado. Sin embargo, si eres una mujer y quieres contar que te vas a casar con otra mujer a lo mejor te lo planteas porque no quieres que otro profesor se te acerque y te haga una insinuación rara con respecto a tu orientación sexual.
En la mayoría de los casos hemos pasado por un pasado difícil y nuestra toma de contacto con el instituto pasa por esa experiencia que nos marca y que nos define. Tú no quieres volver a pasar por ahí. Sin embargo, cuando ves, por ejemplo, el acoso a un menor se te derrite el corazón. Ese profesorado está constantemente en una lucha entre “¿me visibilizo o no me visibilizo? ¿me protejo a mí o empiezo a proteger a otras personas?”. Y en esa pugna es donde se genera un dilema. Es donde se genera una tensión y esa tensión afecta luego en muchos ámbitos.
Se te quitan las ganas de comer durante una semana cuando no has parado los pies a un agresor en el aula porque parárselos implica visibilizarte o tener mucha fortaleza y trabajarte a ti primero. Pero ese profesorado que está en su derecho de no visibilizarse puede empoderarse poco a poco y desde su posición de docente puede trabajar con su alumnado. Cuanto más se visibilice un claustro, más cambia la situación del centro. Los centros pueden llegar a tener verdaderas revoluciones.
Con un solo profe que llega a un centro y que se visibilice y que empiece a empoderar al alumnado más vulnerable, no solamente del colectivo LGTBIAQ+ sino cualquier tipo de vulnerabilidad, ese centro cambia radicalmente. Se empieza a trabajar con el alumnado que es agresor, por ejemplo, su expresión de la rabia, su expresión de las emociones… y se empieza a escuchar, acompañar y validar sus emociones y el centro cambia radicalmente.
- ¿Cuáles son los mayores desafíos a los que se enfrenta la diversidad sexual y de género en los entornos educativos?
Los mayores desafíos son que sea susceptible de ser politizada, que se utilice el bienestar de las personas del colectivo como herramienta política, que se retroceda en todo lo que se ha avanzado en derechos humanos, que se cultiven sociedades menos tolerantes, sociedades que te obliguen a esconderte e invisibilizarte… esos son los desafíos.
Los desafíos afectan a todas las personas. Pensamos que el ataque hacia una persona del colectivo LGTBIQA+ afecta solamente a esa persona. No. Afecta también a su entorno, a las personas que no son del colectivo, pero parecen ser del colectivo, y a las personas que quieren a personas del colectivo. Toda la sociedad sufre, no solamente una minoría de la población porque si se genera el precedente de atacar a una persona de una minoría, te sientes validado para descargar tu ira hacia otras minorías.
Como prevención hay que trabajar la salud emocional y la inteligencia emocional para evitar ser el chivo expiatorio de las mayorías.
- Se habla mucho de profesorado aliado, pero… ¿cómo se combate el rechazo, ese escepticismo del otro lado, de ese profesorado que rechaza abordar la diversidad sexual y de género en las aulas?
Hay un porcentaje de profesorado con el que no se va a poder nunca negociar ese cambio. Siempre hay un profesorado que no quiere colaborar, que considera que lo que esto está haciendo es activismo político o manipulación, pero quiero pensar que es un mínimo.
Cuando abordamos el empoderamiento desde los derechos humanos, desde la salud emocional y desde el respeto y la empatía siempre habrá muchas personas que van a querer colaborar. Si tú aportas formación, si tú aportas recursos, si tú les das el trabajo desmigado, te van a cocinar ricos platos, van a aliarse.
También aquí hay que pensar que la mayor parte del profesorado tiene una carga burocrática brutal y una ratio de alumnado desorbitada y no pueden atender a la diversidad como le gustaría. No solamente la diversidad sexoafectiva sino el alumnado con necesidades especiales, el NEAE…
El profesorado que se encuentra desbordado, en el momento en el que tú le das todo trabajado, todo desmigado, lo absorbe y lo integra. Hay que tener esperanza en que el profesorado va a responder.
- ¿De qué manera se ha evolucionado en materia de igualdad LGTBIQ+ en los centros educativos de Canarias en los últimos años?
Ahí no te puedo dar una respuesta completa porque mi trayectoria en la Educación es muy cortita. Yo llevo cuatro años de docente, pero, por ejemplo, una de las cosas que a mí me hizo venir a trabajar a Canarias fue la propuesta educativa y la legislación que hay con respecto a la diversidad y a la igualdad. No te puedo hablar de un histórico de acciones, pero sí sé que nuestra comunidad autónoma está a la vanguardia. Sí fui testigo de la última actualización del Protocolo de Acompañamiento al Alumnado Trans*, he sido testigo de cómo han ido evolucionando las acciones que se han ido haciendo por parte de las y los referentes de igualdad y sé que la comunidad educativa canaria está muy concienciada con ese avance en temas de igualdad.
Para mí, llegar aquí y ver el apoyo que se le daba también a nivel institucional a la comunidad LGTBIQA+, me empoderó para ser profesor. Cuando yo llegué a mi centro y vi el 1 de septiembre una bandera LGTBIQA+ de unos 6 metros colgada desde el segundo piso, eso me empoderó de una forma brutal, Me hizo confirmar que estaba en el lugar correcto. Yo no quería ser docente porque no quería volver a aquel sitio en el que lo había pasado mal. Cuando eres adolescente LGTBIQA+ lo pasas mal en la Educación, yo no quería y sin embargo ver ese tipo de cambios, aunque fuese solamente a nivel efímero, a mí me empoderó como persona.
No puedo contarte una evolución general, pero sí puedo decirte que hay muchas personas sensibilizadas y eso hace unos años no estaba. Es el resultado del trabajo de muchas personas que han estado asentando las bases de lo que es un cambio social.
- ¿Cuál es la respuesta de las familias cuando se trabaja la diversidad sexogenérica en el aula? ¿Y del alumnado?
Por parte de las familias, me he encontrado agradecimiento porque han visto como sus menores se han empoderado y como, por ejemplo, lo que estaban recibiendo en el instituto les servía, no solo a nivel personal sino también a nivel académico.
He escuchado a una madre contar que se estaban resolviendo problemas de timidez porque se estaba empoderando al alumnado. Sin embargo, también me he encontrado con familias que no han querido que a sus menores se les hiciera un acompañamiento o se les ayudase. En la sociedad hay de todo.
En el caso del alumnado, la respuesta ha sido brutal. Es como cuando te encuentras una planta sequita y la riegas y, de repente, florece y te da las mejores flores. Con el alumnado pasa eso. En el momento en el que tú dedicas tu tiempo, tus acciones tu interés, el alumnado florece.
Con la experiencia de haber creado un espacio seguro en mi centro, he visto que ese alumnado se ha empoderado de tal forma que puede caminar por el patio sin miedo a que alguien le agreda, puede conocer a otras personas, ha madurado y ha empezado a volar. Ver cómo ese alumnado está volando es la mayor recompensa que se puede recibir.
Aquí tienes que hacer una labor a largo plazo. Tú vas viendo esa evolución poco a poco. Vas viendo a un alumnado que va saliendo de crisis de ansiedad constantes, de momentos de desilusión y de destrucción y empieza a mostrar sonrisas en el patio, empieza a relacionarse con amigues y un día deja de venir al espacio seguro porque ya no lo necesita. El objetivo de ese espacio seguro es que se quede vacío.
- A nivel personal, ¿te sientes orgulloso de alguna propuesta LGTBIQ+ que hayas impulsado en un centro educativo?
Sí, del espacio seguro de mi centro. De ver la evolución de mi alumnado, de ver cómo se han empoderado, estoy orgulloso de esas sonrisas, de las personas seguras que han surgido en ese centro.
- ¿Qué aporta ser profesorado LGTBIQ+ visible?
Ser visible al principio cuesta porque se tiene miedo de la no aceptación, pero si tú eres aceptado como docente en tu centro, tanto por el profesorado como por tu alumnado, que tú comentes un aspecto de tu vida como la persona a la que amas, no va a cambiar nada.
El cambio fundamental es que te conviertes en inspiración para tu alumnado cuando rompes con el esquema del perfil técnico: “Yo soy profesor de Geografía e Historia y solo te doy clase de Geografía e Historia”. No. De repente, aparte de dar clase estás ayudando a personas a tender puentes al futuro, a inspirarse para crecer y convertirse en mejores versiones de sí mismas. Que tú hayas hecho los deberes contigo mismo y hayas curado tus heridas del pasado, va a hacer que seas más fuerte para poder sobrevivir a tu trabajo y ayudar a otras personas a salir adelante.
- Seguro que nos está leyendo alguna persona que desea ser parte de la Alianza Educativa. ¿Cómo se accede a ella?
Tenemos un grupo de Whatsapp y un perfil en Instagram. También se pueden unir a las actividades que realizaremos a lo largo del curso. Tenemos la intención de hacer salidas a la naturaleza, círculos de escucha, de experiencias, algún cinefórum.
El objetivo de la alianza también es vencer las barreras naturales de la comunidad autónoma de Canarias y que pueda trascender el ámbito de insularidad para que las propuestas que se hagan en una isla puedan reproducirse en las otras. Vamos a tener que ser muy virtuales para poder tener encuentros interinsulares.
El objetivo sería ir construyendo la alianza poco a poco, que las personas que integren la alianza vayan haciendo sus propuestas y lanzando estrategias de futuro, y que a través del perfil del Instagram vayamos dando formación continua al profesorado tanto con los reels que compartamos como los que creemos nuevos.
Por la visibilidad de la diversidad sexual y de género en la información. Proyecto 'Cambia tu Mirada, financiado por la Dirección General de Diversidad del Gobierno de Canarias.