El Comité para la Prevención de la Tortura y de Las Penas o Tratos Inhumanos o Degradantes (CPT) del Consejo de Europa defiende a través de su Informe General de 2023 que, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, si una persona se identifica como trans durante su ingreso en prisión, esto debe ser suficiente para que en prisión se respete su identidad de género e ingrese en un centro en concordancia con ella.
El CPT señala que en múltiples visitas a personas trans detenidas las han encontrado en situación de vulnerabilidad, y con un riesgo mayor de intimidación, acoso y abuso. Además, añaden que a pesar de que los Estados deben garantizar la protección, en la práctica, las reclusas trans suelen ser ubicadas en las secciones masculinas, en alas de segregación específicas masculinas para la protección de reclusos vulnerables y a veces, son aisladas. Asimismo, también se les ha impedido el uso de ropa de mujer.
El CPT apunta que la derivación de una persona a una sección diferente a la del género con el que se identifica, aumenta el riesgo de violencia e intimidación. Si tras una evaluación de riesgos individualizada, existen razones para acomodar a las personas en otros lugares diferentes a los destinados a su género, las razones deben documentarse de forma clara y estar sujetas a revisión periódica.
El Dr. Alan Mitchell, presidente del CPT ha añadido que “las prisiones constituyen un microcosmos de la sociedad, donde los problemas a menudo se magnifican debido a un entorno más reducido. Los internos trans pueden enfrentarse a una mayor vulnerabilidad y riesgo de intimidación y abuso. Resulta alarmante que algunos Estados sigan negando la existencia de las personas trans y no adopten medidas específicas para garantizar un trato adecuado en prisión, con el consiguiente riesgo de maltrato. Los gobiernos tienen la responsabilidad de establecer salvaguardias para proteger a las personas trans en prisión y de garantizar que sean tratadas con dignidad y respeto”.
