El 15 de febrero, Grecia se convirtió en el primer país cristiano ortodoxo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo tras conseguir 176 votos a favor en el Parlamento, frente a 76 en contra y dos abstenciones. En concreto, se modificó el apartado 1 del artículo 1350 del Código Civil para que conste que “el matrimonio se contrae entre dos personas del mismo o diferente sexo”. Además, las personas progenitoras no biológicas podrán adoptar a los/as menores que hasta ahora, oficialmente, sólo tenían un padre o una madre.
La medida ha permitido que varias parejas de personas del mismo sexo hayan formalizado su unión en el país. Los primeros en dar el paso han sido Dimitris Elefsiniotis y Stavros Gavriliadis, que se casaron en la localidad de Nea Smyrni. Stavros ha declarado que “nada cambia en nuestra vida diaria porque somos una familia desde hace varios años. Sin embargo, lo que sí cambia es que ahora el Estado también nos reconoce como una familia y no como dos personas independientes".
Otras parejas como la compuesta por el novelista Petros Hadjopoulos y el abogado Anastasios Samouilidis o la formada por Danai Deligeorges y Alexia Beziki también han podido casarse en el Ayuntamiento de Atenas. Las dos nupcias han sido oficiadas por el alcalde de la capital, Haris Doukas.
El avance en los derechos de las parejas LGTBIQ+ en Grecia ha dado esperanzas a otros países ortodoxos de los Balcanes como Serbia, donde a pesar de que su primera ministra es abiertamente lesbiana, la propuesta legislativa para reconocer a las parejas del mismo sexo fue rechazada en 2021.