Con motivo del Día Europeo de la Salud Sexual, el Colectivo Gamá, en consonancia con la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (FELGTBI+) exigimos a las administraciones educativas la implementación activa y real de contenidos relacionados con la diversidad afectivo-sexual en los currículos educativos de los centros de enseñanza en forma de educación sexual. Además, solicitamos que se incluyan asignaturas optativas sobre estos contenidos de forma específica.
Según recuerda la co-coordinadora del Grupo de Salud Integral de la Federación Estatal LGTBI+, Irene Aterido, la educación en diversidad afectivo-sexual está recogida en el ordenamiento jurídico español a través de las leyes estatales de Igualdad LGTBI+; la Ley de Igualdad de Trato; la LOMLOE; o la Ley de Protección de la Infancia y la Adolescencia, entre otras, además de estar presente en más de una docena de leyes autonómicas. “Solo pedimos que se cumpla la ley”, reivindica. Además, señala que “la educación sexual es un derecho humano fundamental que contribuye al bienestar físico, psicológico y social de las personas, así como al respeto y la diversidad de las identidades y orientaciones sexuales”.
Asimismo, el también co-coordinador del Grupo de Salud Integral de la Federación Estatal LGTBI+, Toni Martí, asegura que “beneficia al total del alumnado ya que permite a las personas tomar decisiones informadas y responsables sobre su sexualidad. También previene infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados y discriminación por motivos de sexo, género u orientación sexual”.
“Además, ofrece herramientas para detectar y prevenir la violencia de género y el acoso escolar y favorece el desarrollo de una identidad sexual y de género positiva, libre de estereotipos, prejuicios y mitos. Igualmente, fomenta el respeto, la responsabilidad, la empatía, la autoestima y la autoconfianza, por lo que también previene trastornos de conducta alimentaria y ayuda a detectar dificultades psicológicas que merman la salud mental en la edad adulta”, apunta Martí.
Más campañas informativas y de sensibilización
Por otra parte, otra de las reivindicaciones de la Federación es que se desarrollen campañas de concienciación y prevención de ITS en los centros educativos. En este sentido, una investigación elaborada por la Federación Estatal LGTBI+ y la Universidad de Salamanca sobre el “Análisis de nuevos contextos de riesgo para el VIH en población LGTBI+ vulnerable”, ha desvelado recientemente una “muy mala” valoración de las campañas de concienciación e información existentes.
Para la muestra de la investigación, hombres de entre 18-45 años de edad que mantienen sexo con otros hombres, el miedo no ha de ser el epicentro de una estrategia de prevención, educación y prevención. Piensan, además, que la información sobre el VIH está descuidada y desactualizada, y que no siempre se articula por los cauces más adecuados.
Los participantes aseguraron haber obtenido la información sobre el VIH de diferentes fuentes, pero sobre todo de activistas y asociaciones. Coinciden en que debería haber más campañas de educación sexual para personas jóvenes en centros escolares porque, tal y como indica uno de los testimonios, “el objetivo de la educación sexual es dar herramientas a la persona para empoderarla y que esté capacitada para tomar la decisión más adecuada en un momento dado conociendo los riesgos asociados que puede conllevar una u otra decisión”.